El Paciente
¡No dejen solo al paciente! La fuerza y el ánimo del paciente son imprescindibles para afrontar los meses que siguen al diagnóstico de una enfermedad.
Muchas veces el paciente tiene que aprender todo de nuevo: hablar, caminar, comer. Incluso tras una operación los médicos no pueden saber a ciencia cierta qué tanto quedará afectado y tampoco qué tanto se podrá recuperar. De hecho, puede ocurrir que su mente no vuelva a trabajar como antes de la operación. Por eso los familiares deben procurarle todos los equipos necesarios para mantener su calidad de vida.
Las siguientes semanas después de una cirugía, hospitalización o enfermedad son difíciles para el paciente. Tiene que hacer ejercicios, tomar medicamentos de forma continua, administrársele inyecciones, terapias, montar en bicicleta…cosas que probablemente antes nunca había hecho o tenía años de no hacer. Si esto no se hace con regularidad, perseverancia, e incorporándose como parte de la rutina diaria, conforme pasa el tiempo, la capacidad motora, movilidad y equilibrio, se irán reduciendo cada vez más, hasta llegar a ser nula. Por eso es importante que el paciente se mantenga activo, tanto desde el punto de vista motriz como mental; debe procurar continuar con su vida, adaptada a su nueva situación de salud y condición física.