Parkinson

Temblores en las manos, dificultad para caminar, perdida de equilibrio, encorvamiento de la espalda… algo está pasando. Si todos esos síntomas se dan a la vez, es muy probable que nos estemos enfrentando a la enfermedad de párkinson o parkinsonismo. Las causas son diversas y causadas por una combinación de ellas: puede ser resultado de otra enfermedad, como la meningitis; puede ser resultado de la interacción de una mutación genética con el medio ambiente; o en algunos casos puede ser hereditaria. Aunque los expertos confirman que tener un familiar cercano con párkinson únicamente aumenta el riesgo de padecer la enfermedad de un 3% a un 7%; por lo cual solo se trata de una posibilidad, no de un hecho irremediable.

No hay dos personas que experimenten la enfermedad de la misma manera, pero si se sabe que el factor común es un desgaste de células nerviosas. Es decir, dejan de funcionar algunas neuronas, que producen una sustancia que se llama dopamina que es la encargada de enviar mensajes a la parte del cerebro que controla el movimiento y la coordinación del cuerpo. 

 Lo cierto es que sin importar las razones se trata de una enfermedad degenerativa que no tiene cura.

Dependiendo de que tan pronto se identifique la enfermedad, es posible que, una vez recibido el diagnóstico, la vida del paciente continúe por varios años más de forma normal, siendo la enfermedad casi imperceptible para el resto de las personas.  Pero conforme pasa el tiempo, la capacidad motora, la movilidad y el equilibrio, se van reduciendo.  MLDLVF-Educa te prepara para ese momento.